Britannic: El mayor naufragio en el fondo del mar
Ya hemos contado anteriormente la historia del transatlántico United States, que, según lo previsto, será hundido frente a la costa del condado de Okaloosa en el transcurso de 2025 para convertirse en el mayor arrecife artificial del mundo. Así se convertirá en el mayor naufragio de un barco de pasajeros en el fondo del mar. Pero, ¿quién ostenta hoy este triste récord? El Britannic, transatlántico británico hundido el 21 de noviembre de 1916 tras chocar contra una mina alemana en el mar Egeo durante la Primera Guerra Mundial. Este barco, desconocido para la mayoría, tenía un registro bruto de 48.158 toneladas, mientras que el mencionado United States lo supera con sus 53.329 toneladas de arqueo bruto.
El sufijo “ic” de su nombre recuerda que fue un barco operado por la compañía británica White Star Line. Con precisión, era el último de los tres barcos de la clase “Olympic”, de la que también formaba parte el famoso y desafortunado Titanic. El trágico destino de este último relegó al olvido la historia de su hermana, ocurrida hace ya 108 años, hasta el punto de que los historiadores apodaron al Britannic como the forgotten sister (la hermana olvidada).
HMHS_Britannic
Conviene hacer un breve repaso histórico para recordar el origen de estos navíos: en 1907, la White Star Line encargó al astillero Harland & Wolff, de Belfast, la construcción de tres gigantescos transatlánticos de 45.000 toneladas de arqueo bruto que debían superar en tamaño y lujo a los buques de su rival, la Cunard Line.
El primero en entrar en servicio fue el prototipo Olympic en 1911: su éxito fue inmediato, tanto que la quilla del tercer barco de la serie, aún sin nombre, fue colocada el 30 de noviembre de ese mismo año. Como sabemos, en 1912 se produjo el naufragio, durante su viaje inaugural, del segundo barco de la serie, el Titanic, lo que provocó un enorme revuelo mediático. Tras su pérdida, las obras del tercer “gemelo” se detuvieron para estudiar mejoras que lo hicieran más seguro. Se decidió elevar la mayoría de los mamparos estancos, de modo que el barco pudiera mantenerse a flote incluso con seis compartimentos dañados; se construyó un doble casco a lo largo de las salas de calderas y motores y se aumentó el número de botes salvavidas. Los trabajos para su finalización también se retrasaron por el desarrollo de la investigación del desastre del Titanic, y finalmente fue botado el 26 de febrero de 1914 con el patriótico nombre de Britannic. Sin embargo, en Europa soplaban cada vez con más fuerza los vientos de guerra. Finalmente, la guerra estalló en el verano de ese mismo año y el barco, aún en fase de equipamiento en Belfast, fue convertido en buque hospital, con más de 3.000 camas. El Britannic inició su carrera bajo los colores de la Cruz Roja a finales de 1915. Fue destinado a la evacuación de los heridos de la “Campaña de Galípoli”, emprendida por las fuerzas de la Entente contra el Imperio Otomano, una operación promovida con fuerza por Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo.
Realizó varios viajes como buque hospital, haciendo escala técnica incluso en nuestro país, en Nápoles, hasta su fatídico último viaje que partió de Southampton el 12 de noviembre de 1916. Antes, había regresado a Belfast por un breve periodo, con la idea de devolverlo a su estado original de barco de pasajeros.
Britannic_&_Olympic_Sisters_Together_in_Belfast_Shipyard
El 21 de noviembre, mientras navegaba por el canal de Ceos, una mina alemana desgarró su casco y, a pesar de las mejoras implementadas tras el desastre del Titanic, el Britannic se hundió en solo 55 minutos. ¿Cómo fue posible? Podemos señalar tres causas principales. La primera es que el capitán Bartlett intentó encallarlo en la costa, manteniendo los propulsores en marcha, lo que provocó que el agua entrara aún más rápidamente. Además, una puerta estanca no se cerró debido a una avería, mientras que otra había sido dañada por la explosión. La situación se agravó porque las enfermeras habían dejado los ojos de buey abiertos en la parte inferior del casco, debido al calor, permitiendo así la entrada de más agua, lo que anuló las mejoras realizadas después del naufragio del Titanic. Afortunadamente, el Britannic no transportaba pacientes en ese momento y las pérdidas humanas fueron mínimas: de las 1.066 personas a bordo, solo se contaron 30 víctimas. La mayoría de ellas se encontraban en dos botes salvavidas que fueron destrozados por una de las hélices que aún estaba en funcionamiento. Estos botes fueron arriados precipitadamente, debido al pánico a bordo, sin la autorización del oficial de guardia.
Pero la historia más increíble relacionada con el hundimiento de este barco es la de Violet Jessop, camarera y después enfermera, apodada “la insumergible”. Ella se encontraba a bordo del Olympic cuando chocó con el crucero Hawke, en el Titanic cuando se hundió, y finalmente en el Britannic el día de su naufragio. Precisamente en esa ocasión estuvo a punto de perder la vida: iba en uno de los botes que fueron absorbidos por la hélice del barco moribundo; por suerte, fue lanzada al mar y solo sufrió un traumatismo craneal, llegando a vivir hasta los 83 años.
El pecio del Britannic descansó en el fondo del mar hasta 1975, cuando fue descubierto por el explorador Jacques Cousteau a una profundidad de 120 metros. Desde entonces, es un destino codiciado por buceadores profesionales.
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