Un día descubriendo Oporto desde Leixões en taxi
Anidada a lo largo de las orillas del majestuoso río Duero, Oporto atrae a los viajeros con su rica trama de historia, cultura y maravillas arquitectónicas. Para aquellos que se aventuran desde la cercana ciudad portuaria de Leixões, una excursión de un día a esta encantadora ciudad ofrece una experiencia inmersiva en el corazón y el alma de la segunda metrópoli más grande de Portugal. Únete a nosotros mientras emprendemos un viaje extraordinario, explorando las joyas ocultas y los lugares icónicos de Oporto, todo en la comodidad y conveniencia de un taxi.
Nuestra aventura comienza con un agradable viaje desde Leixões a Oporto, una transición sin interrupciones del puerto al paisaje urbano mientras recorremos la pintoresca carretera costera. Al llegar a Oporto, nuestro primer destino es el Jardim do Morro, un oasis de jardines exuberantes situado en una colina que domina el río Duero. Aquí, entre flores perfumadas y follaje verde, disfrutamos de vistas impresionantes del centro histórico de Oporto, un panorama que prepara el escenario para el día que nos espera.
Nuestro viaje continúa mientras cruzamos el icónico Puente Luís I, una maravilla arquitectónica que atraviesa el río Duero, conectando Oporto con la ciudad vecina de Vila Nova de Gaia. Al cruzar este puente de hierro de dos pisos, disfrutamos de vistas incomparables de la ribera de Oporto, con sus fachadas coloridas y el vibrante barrio de Ribeira extendiéndose ante nosotros en un cuadro pintoresco.
Paseando por las calles adoquinadas de Oporto, nos sumergimos en la rica trama cultural de la ciudad, comenzando con una visita a la Sé do Porto, la magnífica catedral de Oporto. Aquí, entre arcos imponentes y tallados intrincados en piedra, somos transportados atrás en el tiempo, siguiendo los pasos de peregrinos y monarcas que han atravesado estas sagradas salas a lo largo de los siglos.
Desde la catedral, nos dirigimos hacia la estación de tren de São Bento, un verdadero tesoro de artesanía e historia portuguesa. Adornada con azulejos que representan escenas del pasado histórico de Portugal, el ornamentado interior de la estación sirve como un testimonio vivo del rico patrimonio cultural y arquitectónico de Oporto. Ninguna visita a Oporto estaría completa sin una parada en el Mercado do Bolhão, un mercado vibrante y lleno de vida. Aquí, entre el animado bullicio de vendedores locales y compradores, nos sumergimos en la escena culinaria de Oporto, probando quesos artesanales, pescado fresco y deliciosos pasteles, mientras disfrutamos de los panoramas, sonidos y aromas de este bullicioso mercado.
Continuando nuestra exploración, nos maravillamos ante la ornamentada fachada de la Iglesia de Santo Ildefonso, una obra maestra barroca renombrada por sus intrincados trabajos en cerámica y su espléndida torre campanario. Deambulando por las calles laberínticas de Oporto, nos encontramos con la Capela das Almas de Santa Catarina, un santuario sagrado adornado con azulejos azules y blancos que representan escenas de la vida de San Francisco de Asís, un testimonio del profundo patrimonio religioso y la identidad cultural de Oporto.
¿Podríamos acaso no detenernos a degustar el Pastel de Nata? Conocido también como tarta de nata portuguesa, es una pequeña pero potente delicia que ofrece una explosión de sabores en cada bocado. Encerrado en una corteza crujiente y dorada, el relleno aterciopelado de crema está aromatizado con notas de vainilla, canela y cítricos, creando una sinfonía de sabores que baila en el paladar con cada bocado indulgente. Los orígenes del Pastel de Nata se remontan al Monasterio de los Jerónimos en el barrio histórico de Belém, donde fue creado por primera vez por monjes católicos a principios del siglo XVIII. Buscando utilizar un exceso de yemas de huevo sobrantes de las claras usadas para almidonar la ropa, los monjes idearon una receta para la tarta de nata que pronto se convertiría en un tesoro nacional.
Hoy en día, el Pastel de Nata ocupa un lugar especial en los corazones de los portugueses, amado por su sabor reconfortante y su encanto nostálgico. Ya sea disfrutado como desayuno con una taza humeante de café o saboreado como merienda vespertina con una copa de vino de Oporto, el Pastel de Nata encarna el espíritu de la hospitalidad portuguesa, invitando a todos los que lo prueban a disfrutar de los placeres simples de la vida.
A medida que el día llega a su fin, subimos al Miradouro da Vitória, un mirador que ofrece vistas impresionantes del centro histórico de Oporto y las aguas relucientes del río Duero debajo. Aquí, entre el resplandor dorado del atardecer, reflexionamos sobre la belleza y la maravilla de Oporto, una ciudad que captura la imaginación y enciende el alma con su encanto intemporal y su fascinante atractivo. Al despedirnos de Oporto y regresar a Leixões, llevamos con nosotros los recuerdos de un día lleno de aventuras, descubrimientos y experiencias inolvidables. Desde los lugares históricos del centro de la ciudad hasta los tesoros escondidos de las sinuosas callejuelas de Oporto, nuestro viaje fue un testimonio del atractivo duradero y la belleza intemporal de la ciudad, un viaje que permanecerá en nuestros corazones y mentes durante años.
Lo que nuestra breve visita a Oporto nos ha transmitido es que esta ciudad requeriría más días para ser explorada completamente, para deambular sin rumbo por sus calles, para expandirse a lo largo del Duero hacia otras maravillas de esta magnífica región. Observamos los numerosos cruceros fluviales atracados cerca de la ciudad y sentimos el deseo de organizar nuestro regreso a Oporto lo antes posible. Ya sea por otro día entero, en cruceros oceánicos o fluviales, o por la oportunidad de vivirla durante varios días, ¡esta es realmente una promesa!
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