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16 de enero de 2023

A bordo de Seabourn Venture entre Perú y Chile, para descubrir un itinerario insólito y exclusivo, pero también para conocer de cerca la nueva clase Expedition de Seabourn Cruise Line.

Seabourn Venture representa una nueva generación de barcos para la marca de lujo Seabourn Cruise Line. La compañía estadounidense lleva años ofreciendo itinerarios expedition, con cruceros por el norte de Europa y la Antártida, pero la nueva clase de naves ofrece sin duda una experiencia aún más emocionante.

Probamos los servicios de Seabourn Venture durante un itinerario por Perú y Chile, repleto de escalas interesantes para descubrir ciudades como Lima, Arequipa, Santiago y, sobre todo, paisajes fascinantes y ricos en historia, como el desierto de Atacama, Humberstone y La Serena. Bautizada como la The Humboldt Route, nuestra ruta meridional también nos brindó la oportunidad de descubrir la fauna local, con interesantes encuentros cercanos con pingüinos de Humboldt, muchas especies de aves e incluso leones marinos.

La estancia en Lima organizada por Seabourn, en el Hotel Country Club, permitió no solo relajarse antes del embarque, sino también disponer de tiempo para descubrir la capital de Perú, llena de encanto y contrastes. El centro histórico, de claro carácter colonial, conserva el ritmo del pasado, rodeado en el exterior por una interminable sucesión de barrios modernos. Algunos son menos atractivos, pero otros, como Miraflores, dominan los acantilados y están siempre llenos de gente y eventos. También fue útil para descubrir aún mejor la ciudad el embarque nocturno, que nos permitió seguir visitando la ciudad incluso después de la primera noche a bordo.

Después de dejar Lima, comenzamos a familiarizarnos con Seabourn Venture, apreciando su interior cálido y acogedor, y disfrutando de los restaurantes y servicios de a bordo. Conocimos al personal Expedition, una pieza clave para el éxito del viaje, formado por varios expertos en diversos campos, desde la ornitología a la vulcanología, pero también geólogos, historiadores, fotógrafos y muchos jóvenes entusiasmados por descubrir con los huéspedes muchos paisajes nuevos.

El primer puerto de escala ya era bastante intenso. Atracamos en General San Martín, y descubrimos por la mañana las hermosas Islas Ballestas, con un crucero en lancha acompañados por expertos locales. Estas islas son famosas por su guano y albergan miles de aves, así como leones marinos y pingüinos. Por la tarde, son los increíbles paisajes de la Reserva Nacional de Paracas los que nos maravillaron, suspendidos entre el mar y el desierto de Lagunillas. No podíamos perdernos la Bodega 1615, productora de Pisco, donde descubrimos in situ el procesamiento de la uva y toda la tradición de este destilado peruano.

Un día de navegación sirvió para relajarnos y conocer mejor Seabourn Venture, apreciando su spa, el buen sushi servido en The Club y la selección de vinos siempre disponible. Al día siguiente, descendimos en Matarani y tuvimos una larga excursión que atravesó el desierto de Atacama para descubrir la bella Arequipa. Descubrimos el procesamiento de la lana de alpaca, el convento de Santa Catalina y paseamos por la Plaza de Armas con su gran catedral. Una inmersión en la historia del Perú colonial que se yuxtapone a la gran naturaleza admirada por el camino.

El nuevo barco de Seabourn siguió hacia el sur y luego desembarcó en Arica, todavía en el contexto del desierto de Atacama. Llegamos a Chile y nos adentramos hasta el pequeño pueblo de Codpa, donde el tiempo parece haberse detenido. Después del ritual con el chamán, un almuerzo de cocina local, una visita al pequeño pero interesante museo, y seguidamente volvimos a bordo de Seabourn Venture.

Al día siguiente, en Iquique, la excursión fue a Humberstone, antiguo centro minero salitrero, hoy Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pasear por lo que queda de una ciudad fantasma tiene un encanto único: desde las zonas de trabajo hasta las de recreo, uno puede imaginarse a los más de tres mil trabajadores y sus familias que pasaron aquí años y años. Después de un buen almuerzo a bordo, hubo tiempo para pasear por el centro de Iquique, antes de disfrutar de la puesta de sol a bordo, mimados por aperitivos y pequeños bocados.

Antofagasta, la mayor ciudad de la costa chilena, ofrece muchas otras posibilidades de excursión. Entre leones marinos y cormoranes, llegamos al Molo Pesquero para un auténtico almuerzo de pescado en el corazón del barrio de pescadores.

El último puerto de escala de este itinerario sudamericano es Coquimbo, donde gracias a la pernoctación pudimos descubrir muchas caras diferentes de esta zona chilena. La excursión en barco a la Isla Choros e Isla Damas nos enseñó el encanto salvaje de estos archipiélagos, ricos en fauna e impresionantes paisajes. La Serena, por su parte, tiene el encanto de una pequeña ciudad colonial, y Coquimbo nos entretuvo con sus discotecas y vida nocturna.

Un día de navegación nos separó del desembarque en San Antonio para luego llegar a la hermosa Santiago, también una ciudad que combina su pasado con modernos edificios gubernamentales, amplios paseos peatonales, parques y el fascinante Sanhattan, el distrito financiero donde se levanta el famoso Sky Costanera, la torre más alta de Sudamérica.

Aunque no es exactamente un itinerario “expedition”, Seabourn Venture nos demostró que es un barco con muchos recursos, que podrá ofrecer todo su potencial en rutas realmente extremas. Las excursiones submarinas, que no se pudieron probar, enriquecen sin duda la oferta a bordo, que junto con los excelentes servicios, un personal realmente capaz y amable y los numerosos ambientes disponibles, hacen del nuevo barco de Seabourn Cruise Line una auténtica mejora de la flota.

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Gabriele Bassi

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