Costa Favolosa: el viaje a Marruecos y Túnez
El segundo crucero-evento de Costa Cruceros a bordo del Costa Favolosa, explorando las ciudades más hermosas del Mediterráneo, Marruecos y Túnez, concluyó hace unos días, dejando un equipaje lleno de emociones y recuerdos de este itinerario de 15 días.
El Crucero del C|Club fue definido como el viaje de los sentidos, y así fue en realidad, porque durante esta experiencia se estimularon todos los sentidos, con inmersiones en la cultura marroquí y tunecina que nos permitieron experimentar la vida cotidiana, además de actividades a bordo que extendieron la experiencia en tierra con una oferta culinaria creada especialmente y fiestas temáticas.
¡Así que aquí estamos a bordo! En el Atrio de los Diamantes, nos esperaban decoraciones especiales para este Club Cruise, que representaban un típico puesto de especias de un zoco. Mirando esa imagen, ya estábamos empezando a imaginar lo que sería nuestra experiencia, y en realidad fue mucho más hermosa.
Comenzando con las actividades clásicas a bordo, no pueden faltar las competencias entre los miembros del club, un momento muy agradable para intentar algo nuevo y divertirse. Sin embargo, estas competencias trajeron novedades significativas esta vez, ya que los huéspedes participaron en competencias de pastelería, arte y canto en sincronía. La primera consistió en dos fases, la primera involucraba la preparación de crema pastelera, mientras que la segunda consistía en un cuestionario que desafió a los participantes. La segunda incluyó varias sesiones con un profesor de arte, donde los huéspedes podían inspirarse para luego crear su propia obra de arte en sus camarotes o en todo el barco en busca de la inspiración adecuada. La última consistió en una competencia de canto en sincronía. Las competencias se llevaron a cabo durante el transcurso del crucero y se premiaron en la última noche en el teatro.
Siguiendo con el entretenimiento, se llevaron a cabo dos fiestas temáticas que representaron nuestro itinerario: la Noche del Magreb y la Noche Mediterránea. Durante la primera se recreó un típico ambiente de zoco con varias carpas donde se realizaban sesiones de henna, masajes y una donde se podía disfrutar de un buen té marroquí. Durante la Noche Mediterránea, se celebraron España, Francia e Italia con un espectáculo a cargo de los bailarines y cantantes del teatro Costa Favolosa que nos transportaron a estos tres maravillosos países. Todo esto siempre acompañado de un rico buffet a medianoche.
Pero no terminó ahí, ya que a bordo hubo otras tres noches especiales con 2 invitados especiales. Se trató de Talia Alexis, quien presentó dos espectáculos, incluyendo un tributo a Tina Turner que dejó al teatro entero con escalofríos gracias a su poderosa voz. El otro invitado fue Tony Hadley, ex líder de Spandau Ballet, que llevó a los huéspedes de vuelta en el tiempo con los éxitos más grandes del grupo, y la emoción era evidente en las caras de los huéspedes.
Pasemos ahora al mundo culinario, donde la comida fue la protagonista en varios momentos. La chef estrellada Helene Darroze estuvo a bordo no solo como jueza en la competencia de pastelería, sino que también fue la protagonista de un espectáculo culinario en el teatro donde preparó un plato a base de calabaza, requesón, cilantro y menta, seguido de una degustación para los huéspedes.
Por otro lado, el chef pastelero corporativo Riccardo Bellaera presentó un taller de pastelería, mostrándonos y dándonos algunos consejos y trucos para preparar delicias en casa, como las que él prepara a bordo. Pero será un desafío difícil.
Además de menús especialmente diseñados para este Club Cruise, no podían faltar los Destination Moments, tanto el Magreb con platos típicos como el Maokouda, una tortilla de patata, y los Fricassè sakhoun, pequeños panecillos fritos rellenos de patata, atún, huevo, aceitunas, harissa y alcaparras. Mientras que el Mediterranean Destination Moment presentó la Pissaladiere típica de la Costa Azul, una focaccia con anchoas y cebolla, las Croquetas de Jamon, directamente desde España, son croquetas rellenas de bechamel y jamón crudo, y finalmente de Italia el Pane e Panelle, buñuelos de harina de garbanzo condimentados con perejil.
Una novedad especial que fue muy apreciada fue la presencia de una artista de henna, Anna Moris, que realizó varias sesiones de tatuajes, permitiendo a los huéspedes tatuarse como quisieran y dos talleres de henna para conocer mejor este producto, las culturas en las que se utiliza y cómo crearlo y usarlo gracias a sus demostraciones a bordo.
Las citas con Franco Alvisi, dedicadas a todos los huéspedes para conocer en profundidad las culturas y la historia de los destinos que visitamos y descubrir las conexiones e influencias entre estos países, fueron imperdibles.
En cuanto a los eventos y beneficios reservados a los miembros del C|Club, que varían según la categoría de membresía, no pudo faltar el Cocktail VIP, donde se sirvió aperitivos para brindar con el comandante y el personal a bordo; la reunión y la foto con el comandante con la posibilidad de charlar un poco; el Cocktail de Bienvenida en el teatro con un espectáculo musical único; el C|Club Show, un espectáculo dedicado exclusivamente a los miembros del C|Club con la participación del tenor a bordo.
También fuimos invitados a visitar el puente de mando, donde un oficial y luego el comandante nos recibieron, explicando su trabajo y su historia; pasamos todo un día en el spa con sauna, baño turco y jacuzzi, y finalmente aprovechamos un masaje relajante, servicios que se ofrecen de forma gratuita a los miembros de nivel Platinum, entre otros.
A bordo también celebramos el 75º aniversario de Costa Cruceros con una gran fiesta en la piscina, acompañada de un abundante buffet y baile con los oficiales, un momento muy esperado por muchos. Fue un momento de celebración para todos los que están vinculados a Costa.
Finalmente, probamos los restaurantes de especialidades a bordo de los barcos Costa, es decir, Archipelago, Sushino y Teppanyaki. En Archipelago, la cena fue elegante y refinada, con platos elaborados hasta el último detalle que seguían el itinerario. En Sushino, menos informal, optamos por la Unlimited Experience, uno de los mejores sushis que he probado. En Teppanyaki, la cena fue informal y muy divertida, gracias a la exhibición de cocina del camarero que prepara la cena justo en frente de tu mesa, haciéndote parte del proceso.
En cuanto a los destinos, vivimos experiencias increíbles en Túnez, Marruecos y España con excursiones largas, inmersivas, culturales y exclusivas para este Club Cruise.
Una experiencia para vivir, un verdadero viaje de los sentidos que regala emociones únicas para toda la vida.
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