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16 de diciembre de 2024

Viajar a bordo de la Costa Voyages Special Edition Around Africa fue una experiencia única e irrepetible, que redefinió el concepto de crucero para aquellos como yo que conocen bien el mundo de Costa Cruceros. Acostumbrada a las experiencias de los cruceros tradicionales, descubrí en esta edición especial un nivel superior de personalización, aventura y magia.

Mi viaje comenzó en Tenerife, llevándonos en una épica aventura hasta Port Louis, Mauricio, atravesando una mezcla de culturas, paisajes impresionantes y tradiciones. Cada día fue una sucesión de emociones, entre paradas extraordinarias y actividades que transformaron este crucero en una historia inolvidable.

A bordo, cada jornada estuvo marcada por un programa lleno de eventos diseñados para involucrar a todo tipo de pasajeros. Las Olimpiadas del Mar, por ejemplo, fueron uno de los eventos más populares, con una serie de desafíos que hicieron que todos se sintieran parte de un gran equipo. La competencia creó un ambiente vibrante y dinámico, uniendo pasajeros de todas las edades en juegos de destreza, deporte y, sobre todo, mucha diversión. Las tardes estuvieron dedicadas a la creatividad y el juego, con actividades como Art & Craft, donde pudimos expresarnos con nuestras manos y crear pequeñas obras de arte, y torneos de bridge y buraco, que hicieron disfrutar a todos los aficionados a las cartas. No faltó el momento de relajación, con el Solemio Spa, que nos ofreció un verdadero oasis de tranquilidad, ideal para recuperar energías y regenerarnos después de un día de actividades intensas. Otro momento divertido fue el bautizo del mar, seguido de la bendición de Neptuno después de cruzar el ecuador. Un ritual hilarante en el que el comandante y Neptuno intercambian las llaves de sus respectivos reinos.

Pero lo que realmente hizo que estos días fueran inolvidables fueron los grandes eventos de entretenimiento. Para dar inicio oficial a esta extraordinaria aventura, se celebró la Fiesta de Bienvenida, una ocasión para brindar con el capitán y celebrar juntos el comienzo de un viaje increíble.

Dos de los eventos más esperados fueron sin duda “Dancing with the Stars” y el Baile con los oficiales. El primero nos regaló un espectáculo imperdible. Los concursantes, junto con los bailarines a bordo, realizaron tres coreografías, trayendo pasión, energía y mucha determinación al escenario. Fue interesante ver los avances de cada participante y vivir juntos un momento de diversión y despreocupación, mientras que el Baile con los Oficiales, uno de los momentos más esperados e inolvidables del crucero, logró fusionar elegancia, tradición y magia en una sola noche. El marco perfecto para este baile exclusivo fue el Colosseum de Costa Smeralda, que, con sus luces brillantes y su grandiosidad, hizo que cada momento fuera aún más especial.

Otra actividad muy interesante e intensa fue el tour “Behind the Scene“, un viaje exclusivo al corazón de Costa Smeralda. Exploramos las áreas restringidas del barco, descubriendo los secretos detrás de una organización perfecta. Entre ellas, el puente de mando, donde los oficiales nos mostraron las sofisticadas tecnologías de navegación y tuvimos la oportunidad de observar de cerca herramientas avanzadas, como los radiotransmisores de emergencia y los sistemas de monitoreo. Un oficial nos explicó cómo cada maniobra es estudiada y controlada. Sentirnos tan cerca del “cerebro” del barco, donde cada decisión afecta directamente nuestro viaje, fue una emoción única, que nos hizo apreciar aún más el esfuerzo y la precisión detrás de cada operación. También visitamos las cocinas a bordo, un microcosmos de eficiencia y creatividad, y el backstage del teatro Colosseum, descubriendo los secretos de los espectáculos y admirando los trajes brillantes y accesorios. Otra parada fascinante fue la despensa, donde se almacenan suministros de alimentos, bebidas y utensilios, un almacén esencial para garantizar que todo esté siempre disponible para los huéspedes. Finalmente, nos dirigimos al área de la tripulación, donde el personal se relaja entre turnos, y tuvimos la oportunidad de disfrutar una bebida fresca con ellos antes de explorar sus cabinas y espacios comunes. El tour concluyó con un pequeño aperitivo, celebrando la experiencia que nos permitió ver y apreciar el trabajo oculto detrás de cada aspecto de este maravilloso barco. Una experiencia fascinante e instructiva que nos hizo sentir más conectados al corazón palpitante de Costa Smeralda, donde cada parada del tour fue una revelación, mostrándonos la dedicación y pasión del equipo Costa para garantizar una experiencia impecable a los pasajeros.

A bordo de Costa Voyages también viví una serie de experiencias nuevas y extraordinarias. Entre ellas, el programa Sea Destination “Sea of Stars” fue una de las más emocionantes. En dos noches inolvidables, una en el Océano Atlántico y otra en el Océano Índico, viví una experiencia única. Durante la primera noche, en el corazón del Océano Atlántico, la oscuridad total dio paso al cielo estrellado donde, con la ayuda de una aplicación recomendada a bordo, identificamos planetas y constelaciones, mientras el comandante nos contaba historias fascinantes sobre el universo. En ese momento, percibí mi pequeñez frente a la inmensidad del cosmos, pero también una profunda conexión con la naturaleza y con lo infinito. Nuestro viaje luego continuó en el Océano Índico, donde una segunda Sea Destination nos ofreció una perspectiva completamente nueva del cielo. Las constelaciones ya vistas, como el Cinturón de Orión y las Pléyades, aparecían invertidas, mientras que nuevas y fascinantes formaciones como el Camaleón y el Tucán enriquecieron nuestra visión. Con el relato del comandante, cada estrella parecía contar una historia, y el cielo nos reveló nuevos mitos y misterios, transformando la astronomía en una experiencia que nos sorprendió. Dos noches, dos horizontes diferentes, pero la misma sensación frente a la vastedad del cielo y del universo.

Un momento cultural muy esperado durante el crucero fue, sin duda, la serie de conferencias que nos ofreció la oportunidad de descubrir más a fondo los destinos que íbamos a visitar. Pero esta vez, gracias a la colaboración con Rolling Stone, las conferencias adquirieron un significado aún más especial, fusionando la cultura con la música de una manera única. Cada conferencia fue un fascinante viaje donde la historia y la música se entrelazaron para mostrarnos los destinos desde una perspectiva única.

Tuvimos el placer de asistir a tres conferencias extraordinarias, cada una con su propio estilo y vibración musical. La primera, titulada “El desierto, la luna y los diamantes. Namibia en las pistas del Rock“, nos llevó en un fascinante viaje para descubrir una tierra misteriosa y salvaje, explorando no solo sus paisajes impresionantes, sino también sus símbolos más evocadores: la luna, los diamantes y la noche estrellada. Bajo la experta guía de Franco Alvisi, cruzamos el paisaje y la historia de Namibia, una tierra rica en diamantes que, como las estrellas en el cielo, brillan en la oscuridad del desierto. Franco entrelazó hábilmente estos símbolos, reflexionando sobre cómo la luna, los diamantes y la vastedad del cielo estaban ligados a la música rock, especialmente a través de la famosa canción de los Beatles “Lucy in the Sky with Diamonds”, que unió el misterio de la luna y los diamantes en una armonía única, reflexionando sobre la belleza y lo infinito. La segunda conferencia, “Safari, la noche y la libertad. Sudáfrica en las huellas del rock“, nos llevó en un extraordinario viaje al corazón de Sudáfrica. Una vez más, la música fue el hilo conductor, acompañándonos a través de las luchas sociales y culturales que definieron la historia de esta tierra. La libertad, evocada en las historias de cambio, fue narrada a través de la música rock, que acompañó los momentos de lucha y renacimiento. La conferencia también exploró el concepto de jardín como símbolo de belleza y armonía, una idea que resonó profundamente con el paisaje sudafricano, donde la naturaleza siempre renace a pesar de las dificultades.

La última conferencia, “Nirvana, el Arcoíris y la Nostalgia: Mauricio en las huellas del rock“, nos ofreció un emocionante viaje que unió la cultura india, la espiritualidad y el rock. Franco Alvisi exploró el vínculo entre el amor universal y la luz, simbolizado por el arcoíris, una imagen que iluminó la historia de Mauricio, una isla que Mark Twain definió como “el paraíso”. La conferencia entrelazó reflexiones filosóficas sobre el tiempo y el regreso al ser auténtico, analizando también la influencia de los Beatles, en particular con la canción “Love You To”, que conecta Oriente y Occidente. Lo que más nos impactó fue la profundidad con la que cada conferencia exploró la historia y la cultura, enriquecida con las vibraciones de la música que nos acompañaron durante todo el recorrido. Estas conferencias no solo fueron momentos de aprendizaje, sino verdaderas experiencias sensoriales, que supieron combinar la belleza de los destinos con la energía de la música.

Un elemento central de este crucero fue el bienestar, gracias al programa Healthy de Technogym, que hizo la experiencia aún más especial. Tuve la oportunidad de seguir un programa de fitness personalizado que unió innovación, salud y placer. Mi experiencia comenzó con un chequeo completo, durante el cual un entrenador personal experto utilizó un sofisticado equipo para analizar mis parámetros físicos, como la masa grasa, la masa muscular y la movilidad. Esta prueba avanzada me permitió obtener un plan de entrenamiento hecho a medida, perfecto para mis objetivos y el tiempo disponible a bordo.

Elegí entrenar tres veces por semana, y cada sesión fue una experiencia motivante y altamente eficaz. El instructor, siempre atento y disponible, también me proporcionó útiles consejos para una dieta equilibrada, sugiriendo pautas específicas para cada comida del día, desde el desayuno hasta la cena. El programa Technogym no solo resultó ser un programa de fitness, sino también un viaje hacia un estilo de vida más saludable. Además, para quienes desean una experiencia de bienestar aún más completa, la opción perfecta es el paquete Healthy Full, que incluye un menú especial desarrollado en colaboración con Technogym. No pude resistirme y probé este menú, descubriendo platos equilibrados y deliciosos que convirtieron cada comida en un verdadero placer, sin renunciar a la salud ni al disfrute de una excelente gastronomía. Al final de mi recorrido, lo que pude constatar es que el programa Technogym es completo y perfecto tanto para los aficionados al fitness como para quienes son principiantes, ya que, gracias a su personalización, se adapta perfectamente al ritmo relajante del crucero, permitiendo mantener el cuerpo en forma sin sacrificar el placer.

 

Durante la Costa Voyages Special Edition, uno de los elementos que realmente marcó esta experiencia fue la comida, un punto de excelencia para Costa. Cada comida a bordo fue un viaje de sabores, una oportunidad única para degustar platos que combinaron tradición e innovación. Tuve el placer de disfrutar de dulces extraordinarios, como la milhoja de zabaglione, que se deshacía en la boca con cada bocado. Pero no solo los postres conquistaron mi paladar: también los platos salados fueron protagonistas, como la sopa Baba Ganoush, una crema aterciopelada enriquecida con limón negro, esferas de pistacho y queso de cabra fresco. Todo esto fue posible gracias a la colaboración del Pastry Chef Riccardo Bellaera con el Maestro Iginio Massari para los postres y los tres chefs estrella Michelin que firman la excelencia gastronómica a bordo.

Finalmente, uno de los aspectos que más me impactó de este crucero fueron las Land Destination con los overlands: excursiones de varios días en tierra que nos permitieron sumergirnos a fondo en las culturas y paisajes de los destinos visitados. Cada destino fue un viaje dentro del viaje. En Sudáfrica, la emoción de vivir un safari y observar a los animales en su hábitat natural fue incomparable. Recorrimos reservas naturales entre paisajes de una belleza extraordinaria, observando leones, elefantes y jirafas en libertad. No fue una simple visita, sino un viaje al alma salvaje del continente, que nos hizo sentir parte integral de la naturaleza. Estas excursiones fueron cuidadas en cada detalle, con guías expertas que nos acompañaron en una experiencia inolvidable.

Mi excursión “Cuatro días cara a cara con los Big Five” resultó ser mucho más de lo que había imaginado desde el primer día. El primer día comenzó con la llegada a Ciudad del Cabo tras una larga y agradable navegación. La llegada del Costa Smeralda al puerto, con la Table Mountain de fondo, fue una emoción única. Después de recoger mi pequeño equipaje y dirigirme al punto de encuentro, comenzó la aventura. Un breve viaje en autobús nos llevó a la primera parada, el Jardín Nacional de Kirstenbosch, un auténtico paraíso natural. Caminar entre vastas extensiones de plantas autóctonas, flores de colores vibrantes y majestuosos árboles fue como sumergirse en una pintura viviente. Luego, un almuerzo típico sudafricano nos permitió saborear los auténticos sabores de esta tierra con un plato de pescado fresco y un postre tradicional, el malva pudding, que me cautivó con su dulzura y delicadeza. Por la tarde, visitamos Boulders Beach, donde vive una colonia de simpáticos pingüinos africanos. Verlos en su hábitat natural fue hermoso, una experiencia que evocó al niño que todos llevamos dentro. Verlos nadar libremente, relajarse al sol o proteger sus huevos fue algo aparentemente simple, pero único. La excursión continuó hacia el majestuoso Cabo de Buena Esperanza. Allí, entre el viento fuerte y paisajes impresionantes, experimenté una sensación de libertad única. La jornada terminó con una cena refinada en un lujoso hotel, un preludio perfecto para la verdadera aventura que nos esperaba.

Al día siguiente, nos dirigimos a Port Elizabeth para llegar a la Amakhala Game Reserve. La alarma sonó temprano por la mañana para dirigirnos al aeropuerto y tomar un vuelo directo hacia el siguiente destino. El lodge era un oasis de confort inmerso en la naturaleza, un refugio soñado. La ubicación hizo que esta experiencia fuera única, ya que mi “habitación” consistía realmente en una sola pared de mampostería, mientras que el resto era una tienda. Frente a mi cama, gracias a su ubicación, podía admirar el paisaje desde el amanecer hasta el atardecer. Al levantar la cremallera de la tienda, accedía a mi balcón privado, donde había una pequeña tina desde la cual podía disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, con muchos animales que venían a visitarme. Por la tarde comenzó el primer safari, que nos regaló emocionantes encuentros con búfalos y rinocerontes, sin olvidar las tiernas cebras con sus crías y los adorables y cómicos facóqueros. Al atardecer, tres guepardos cruzaron nuestro camino, manteniéndonos compañía durante un rato. La jornada terminó con una cena típica, un braai bajo las estrellas, que añadió un toque de magia a mi experiencia y me permitió vivir la realidad del lugar.

El tercer día comenzó con un despertar a primera luz del alba. Durante el safari matutino, el encuentro con el león, el rey de la sabana, fue uno de esos momentos que permanecerán grabados para siempre en mi mente. Después de un almuerzo relajante, partimos para otro safari, que concluyó con la inesperada visita de las jirafas justo frente al lodge, un momento de pura magia. El cuarto y último día comenzó con el último safari al amanecer, que nos regaló el culmen de esta aventura: el encuentro con un majestuoso elefante. Un encuentro cercano, a solo un par de metros, que representó la conclusión perfecta para esta aventura, sorprendiendo a todos los presentes. Aunque no logré avistar al leopardo, uno de los Big Five, este viaje superó todas mis expectativas, dejándome con el deseo de regresar. El vínculo con la naturaleza, los momentos inolvidables y las emociones vividas en estos cuatro días fueron tan intensos que es imposible describirlos completamente, ya que simplemente deben ser vividos para ser comprendidos a fondo.

Además de las emocionantes experiencias vividas durante el overland, también tuve la oportunidad de participar en una excursión diaria a Port Louis, la capital de Mauricio, que resultó igualmente fascinante. El crucero concluyó allí, con una excursión que me permitió descubrir esta vibrante ciudad, una perfecta combinación de historia, naturaleza y cultura.

La primera parada fue el monumento Marie Reine de la Paix, una iglesia al aire libre que domina la ciudad desde lo alto. Este lugar de gran serenidad tiene un significado especial, enriquecido por el hecho de que Juan Pablo II se detuvo allí durante su visita en 1989. La vista de la ciudad desde este mirador fue impresionante. Luego, llegamos al famoso Jardín Botánico de Pamplemousses, uno de los más antiguos del mundo. Al caminar entre los árboles centenarios y los estanques de lirios gigantes, pude apreciar la extraordinaria biodiversidad de este lugar. Cada rincón ofrecía algo único: una especie rara, un aroma inesperado o el silencio interrumpido solo por el canto de los pájaros. Luego, visitamos una hermosa villa colonial, con una atmósfera de otro tiempo, con muebles elegantes que me hicieron sentir como si hubiera retrocedido en el tiempo. El día concluyó con una visita y tiempo libre en Caudan Waterfront, un lugar que mezcla perfectamente modernidad y tradición. Allí, entre boutiques coloridas y el puerto como fondo, pude hacer algunas compras y relajarme.

Mi experiencia a bordo del Costa Voyages Special Edition Around Africa fue mucho más que un simple crucero. Fue una verdadera celebración del mar, las estrellas, las culturas y la vida. Este crucero representó una nueva forma de vivir las largas travesías, combinando el descubrimiento de destinos inusuales con lo mejor de la gastronomía y el entretenimiento. Desde las emocionantes excursiones hasta las actividades a bordo, cada detalle estuvo pensado para ofrecer algo extraordinario. Con un solo crucero, tuve la oportunidad de descubrir lugares únicos y fascinantes, viviendo cada momento como una aventura para recordar.

El Costa Voyages Special Edition Around Africa no es solo un crucero, sino una experiencia que quedará en mi corazón para siempre, que me ha regalado emociones intensas y el deseo de seguir explorando el mundo con el mismo espíritu de curiosidad y asombro, ¡y por qué no, tal vez revivirla en el viaje de regreso de marzo!

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Giorgia Lombardo

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