La nueva “Prima Donna” de los mares


Norwegian Cruise Line –  Norwegian Prima
Del 23 de septiembre al 5 de octubre de 2022, crucero número 59
Número de camarote: 14744 – Barco Central, Cubierta-14: Club Balcony Cabin   
Total de pasajeros: 3215, Tripulación: 1450 Cubiertas: 22
Crucero de 12 noches.
Puertos de escala programados: Southampton / en navegación / Lerwick (Escocia) / en navegación / Reikiavik / / Reikiavik / 4 días de navegación / Halifax (CN) / en navegación / NYC
Puertos de escala reales: Southampton / 3 días de navegación / Reikiavik / Reikiavik / 4 noches de navegación / Halifax (CN) / en navegación / NYC

La travesía del Atlántico Norte a principios de otoño no es apto para todos. Por otro lado, es grandioso que NCL no haya insistido en la obligatoriedad de las mascarillas, aunque algunos siguieron llevándolas. Todas las pruebas de preembarque permitieron una facturación y un embarque muy rápidos en la terminal de NCL. El barco operaba desde hace poco, por lo que no se esperaban muchas situaciones problemáticas…más adelante hablaré de ello.

Al llegar al atrio, te das cuenta de que no podrías verlo mirando en una sola dirección, ya que es amplio y está dividido en tres niveles creando un espacio abierto y acogedor con mobiliario de buena calidad y un verdadero cambio respecto al bloque de ascensores de NCL que domina todos los demás barcos. Además de los puntos de venta de cada planta, hay servicios para los huéspedes, el mostrador de excursiones, el helpdesk IT y muchos otros centros de asistencia. Sin olvidar los grandes bares, uno en cada nivel.

Nuestro Club Balcony Cabin estuvo listo a la 1 de la tarde y todo nuestro equipaje llegó a las 4 de la tarde. Nuestro mayordomo era Roman JR Abat, nos saludó inmediatamente presentándose y luego estuvo a disposición durante toda nuestra estancia manteniendo nuestro camarote en perfecto orden y entregando puntualmente los maravillosos manjares en nuestro camarote. Su atención a los detalles, junto con su encantadora personalidad, hizo que la hospitalidad fuera maravillosa. Los camarotes son un gran cambio en NCL, con muchos más metros cuadrados que antes y un interior realmente bien equipado. La ducha tiene que ser una de las más grandes que he visto en cualquier clase de cabina con balcón hasta la fecha.

Las opciones para cenar son muchas, el Hudson es uno de los comedores principales desde el que se puede disfrutar de unas vistas de 270 grados mientras se cena y está situado en la popa del barco con vistas a la popa. El otro comedor principal para una experiencia más exclusiva es The Commodore Room. Ambos locales tienen el mismo y extenso menú para la cena que ofrece una buena variedad. El menú también ofrece una opción de pasta “hazlo tú mismo” en la que los comensales pueden solicitar un plato a medida seleccionando la pasta, la salsa y los ingredientes para más de 24 combinaciones de comidas. El menú también incluye una sección de “Especialidades” en la que los huéspedes pueden elegir un plato de uno de los restaurantes especializados del barco pagando una cuota. Otros restaurantes en los que se puede comer sin coste adicional son el Local pub and Grill, el Surf-side Café y el Indulge food hall, que tiene 11 menús diferentes para elegir y el servicio es rápido.

En todas partes encontré solo personal maravilloso, pero aún más lo fueron Roselan (Rosie) – asistente de Maitre D y Priscilla – asistente de restaurante tanto en Hudson’s como en Indulge Food Hall.

Los restaurantes especializados no tienen muchos lugares. Pero siempre estaban llenos. Sin embargo, hay mucho que elegir en ocho restaurantes de estilos diferentes.

La variedad de bares alrededor del barco son agradables e íntimos, con asientos máximos de entre 40 y 50 personas. NCL sigue experimentando con cócteles sostenibles, bastante audaces y admirables, que no siempre todos los aprecian. La música en los bares es muy mediocre con la excepción de Syd Normans si puedes entrar (siempre reservado y lleno). El atrio inferior tiene un rincón donde pueden tocar los músicos, que desgraciadamente se asemeja a un estilo de actuación callejera.

Lamentablemente, el equipo de animación no cumplió con las expectativas y los estándares esperados, especialmente por tratarse de una travesía inaugural del Atlántico. El Cruise Director solo apareció en el resumen diario del canal de televisión interno. Un crucero con dos tercios de su capacidad y un equipo de entretenimiento poco brillante no es para nada bueno. Además de que el teatro no se utilizó a su capacidad, podrían haber tenido 24 espectáculos en las 12 noches, pero solo lo utilizaron 12 veces en total. Así pues, en un teatro de 900 plazas es evidente que no todos sus pasajeros verán todos los espectáculos que se ofrecen. El espectáculo principal es Summer the Donna Summer Musical de Broadway. Este se ha programado tres veces en 12 días. Junto con una variedad de actos muy mediocres las otras noches. No hay producción real, solo grupos que cantan y un violinista húngaro bastante bueno.

El lounge propone ” improv at sea” y Syd Normans podía trasladarse al teatro con facilidad, ya que era mucho mejor que algunos de los espectáculos principales del teatro. En ambos lugares había que reservar las entradas junto con todos los espectáculos del teatro, por lo que mucha gente no llegaba a ver lo que se ofrecía. Intentamos todas las noches conseguir entradas para improv at Sea y Syd Norman’s, pero fue en vano, ya que cada local solo tiene capacidad para 50 personas.

Aunque se trataba de la primera travesía del Atlántico, no había nada especial en los puertos de llegada ni tampoco a bordo. Esta fue la sensación abrumadora de muchos con los que hablé durante las excursiones y a bordo.

Las excursiones estaban bien estructuradas y presentadas. Sin embargo, el caos reinó cuando llegamos a Islandia para bajar a todos y hacer las excursiones correspondientes, parecía un patio de colegio sin nadie a cargo y sin una sola persona de servicios/excursiones/entretenimiento de NCL una vez fuera del barco. Increíble desorden, sin embargo, esto pareciò haber mejorado ligeramente una semana después al llegar a Halifax.

En general, un producto de aspecto mejorado con un diseño interior y exterior llamativo. Sin embargo, el interior se vio comprometido por el espacioso exterior que no compensa la falta de asientos y producción/entretenimiento para mantener ocupados a los huéspedes del crucero.

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Craig Stembridge

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