Cruceros: Fincantieri mira al futuro
Mientras la industria marítima se enfoca en el objetivo de lograr la descarbonización del sector para 2050, el grupo Fincantieri ha buscado no encontrarse desprevenido ante este cambio histórico. En esta línea, se encuentra el acuerdo entre la empresa de Trieste, newcleo y RINA para estudiar la factibilidad de la propulsión naval nuclear.
Sin embargo, antes de centrarnos en esta operación, debemos dar un paso atrás: de hecho, Fincantieri ya lleva años estudiando soluciones para limitar el impacto de la industria naval en el medio ambiente. Hasta el momento, no hay un camino definido, sino varias soluciones que están siendo probadas por las navieras para encontrar la mejor.
En primer lugar, está la propulsión dual con motores que también pueden quemar gas natural licuado (GNL): esta es la opción más ecológica actualmente disponible, aunque solo se trata de una tecnología de transición que reduce los efectos en el ecosistema pero no los elimina por completo, ya que un barco de este tipo emite metano al aire.
Fincantieri, en relación a los barcos de doble combustible, ya está trabajando con diferentes navieras como Princess Cruises, TUI Cruises y Explora Journeys. El primero de estos barcos, el nuevo Sun Princess, estará listo el próximo año.
Por otro lado, otros clientes del grupo han optado por soluciones aún menos impactantes y están preparándose para probar alternativas más amigables con el medio ambiente. Viking Ocean Cruises apuesta por celdas de combustible de hidrógeno, y Norwegian Cruise Line por los últimos 2 barcos de la clase “Prima” (un 20 % más grandes que el prototipo) que estarán preparados para utilizar metanol verde.
Como hemos visto, Fincantieri no deja ninguna opción sin explorar, y la última en la que sus técnicos se centrarán es la propulsión nuclear. Sin embargo, obviamente, no se tratará de una unidad alimentada por un gran reactor, como el caso experimental del barco mercante estadounidense Savannah. En ese momento, el experimento falló y este barco solo estuvo en operación de 1962 a 1972.
El objetivo de Fincantieri es probar un sistema nuevo, no invasivo y que ocupe poco espacio y sin riesgo alguno. El socio ideal para esta tarea es newcleo, una empresa de tecnologías nucleares limpias y seguras que está comprometida con el desarrollo de reactores innovadores de cuarta generación que utilizan residuos nucleares existentes como combustible. Por supuesto, también será importante la contribución de RINA, una multinacional de inspección, certificación, clasificación naval y consultoría de ingeniería.
En virtud de este acuerdo, las tres compañías unen sus profundas competencias internacionales y su experiencia en innovación para llevar a cabo un estudio de factibilidad de aplicaciones nucleares en la industria naval, utilizando la tecnología de los pequeños reactores modulares refrigerados por plomo (SMR) de newcleo.
El uso del innovador reactor rápido refrigerado por plomo (LFR) de newcleo para la propulsión naval implicaría la instalación de un mini reactor cerrado en los barcos, que funcionaría como una pequeña batería nuclear capaz de producir una potencia eléctrica de 30 MW. Esto requeriría suministros esporádicos (solo una vez cada 10-15 años), un mantenimiento muy limitado y un reemplazo sencillo del reactor al final de su vida útil. Para tener una idea, los cruceros más grandes de última generación tienen una potencia instalada entre 60 y 80 MW.
El uso de energía nuclear limpia para alimentar los barcos contribuiría a la rápida descarbonización de un sector que enfrenta un enorme consumo de combustibles fósiles y las consiguientes emisiones de carbono. Es muy importante destacar que el uso de energía nuclear en los barcos con este sistema protegería el ecosistema marino en caso de un accidente. Con el proyecto de newcleo, el plomo líquido dentro del reactor se solidificaría al entrar en contacto con el agua fría, encapsulando el núcleo del reactor en una carcasa sólida y conteniendo todas las radiaciones gracias a las propiedades de blindaje del plomo. Finalmente, los reactores nucleares para la propulsión naval de newcleo eliminarían la necesidad actual de suministros frecuentes y, al final de su vida útil, la unidad completa LFR simplemente se retiraría y se reemplazaría por una nueva, mientras que la unidad agotada se llevaría para su desmantelamiento y reprocesamiento.
El único problema que podría surgir para los cruceros que seguimos es educar al pasajero para que confíe en unidades de pasajeros equipadas con esta tecnología. De hecho, la reputación nuclear todavía enfrenta muchos prejuicios, por lo que los cruceristas del futuro deberán tener una mentalidad diferente.
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